domingo, 23 de marzo de 2008

"The Dark Side of the Moon" Pink Floyd, 1973


Un grandioso disco conceptual que nos sumerge en los problemas de la decadente sociedad contemporánea

Si algún día paseando por la calle, alguien me ofreciese rellenar un cuestionario sobre mis gustos y preferencias personales, y en el tuviese que escoger un conjunto musical de entre todos los surgidos en el turbulento Siglo XX, mi elección recaería con total seguridad sobre el cuarteto británico Pink Floyd, una de las mejores y más importantes bandas que ha dado la historia del Rock.

Su aparición en el escenario musical británico a finales de la década de 1960 implicó un cambio radical en el concepto que se tenía hasta entonces de la música, en una época en la que grandes bandas como The Beatles ,The Rolling Stones o The Who inundaban, no solo las listas de ventan europeas, sino que también conquistaban al público norteamericano, teniendo ventas millonarias y realizando multitudinarios conciertos por todo el mundo.

En este marco, Pink Floyd (que en aquellos primeros años se encontraba liderado por el fantástico guitarrista y compositor Syd Barrett), decidieron apostar por algo nuevo, viéndose enormemente infuenciados por la Psicodelia (estilo que grupos como The Jimi Hendrix Experience o Jefferson Airplane venían desarrollando desde hacía tiempo y con una gran éxito), el Rhythm and Blues, el Jazz, y más tarde por el Rock Progresivo (este último de la mano de King Crimson), dando lugar una nueva gama de texturas musicales nunca vistas hasta el momento.

De esta forma, Pink Floyd se convirtió en uno de los mejores, más influyentes e importantes conjuntos de la década de los 70, dando lugar a trabajos tan imprescindibles como “The Piper At The Gates Of Dawn”, “Atom Heart Mother”, “Animals” o “The Wall”.Y es precisamente en este mes cuando se cumple el 35 aniversario de uno de sus mejores y más memorables albumes, “The Dark Side of the Moon”, uno de los trabajos musicales más importantes y definitivos del Siglo XX.

Con el cuarteto ya establecido y formado por el batería Nick Mason, el teclista Richard Wright, el bajista Roger Waters y el guitarrista David Gilmour (el cual sustituyó a Syd Barrett en 1968 debido al tremendo uso de las drogas que imposibilitaba el trabajo de este último), Pink Floyd sacó al mercado este apabullante album en 1973, dejando claro que su enorme capacidad de hacedores y su increíble calidad musical superaban con creces todo lo imaginable (si no lo habían conseguido ya antes), ofreciéndonos en este disco conceptual una amarga visión de la sociedad decadente en la que vivimos.

El Album comienza con una sencilla introducción llamada Speak To Me, en la que podemos oir efectos de sonido tales como el latir de un corazón, una máquina registradora, o una risa maligna, todo ello enlazado perfectamente con el siguiente tema, Breath, una etérea composición en la que podemos disfrutar de una sección rítmica magníficamente compenetrada y de un David Gilmour inmejorable con el Lap Steel.

La siguiente canción, On The Run, es un tema instrumental que intenta transmitirnos las sensaciones de agobio y presión que suponen viajar constantemente de un lugar a otro, lleno de efectos de sonido y sintetizadores donde podemos notar la mano de Alan Parsons, el cual contribuye en gran medida en la realización de todo el disco.

El siguiente tema, Time, constituye una de la mejores canciones de Pink Floyd y una pieza en la que todos los integrantes del grupo aportan lo mejor de sus habilidades musicales. La canción comienza con un gran número de relojes y campanas sonando simultáneamente, seguido todo ello de un magnífico solo de batería a manos de Nick Mason. Hacia la mitad de la canción, David Gilmour nos deleita con uno de los mejores solos de guitarra de toda su carrera, considerado por muchos uno de los mejores solos de la historia del Rock. Curiosamente, aquí también podemos escuchar la voz del teclista Richard Wright.

A este tema le sigue The Great Gig in the Sky, un genial balada compuesta por Richard Wright y en la que podemos disfrutar de la voz de la cantante Clare Torry en una de sus mejores interpretaciones.

La siguiente canción comienza con el familiar sonido de una máquina registradora seguido de una de las líneas de bajo más reconocibles de la historia del Rock. Se trata de Money, uno de los mejores y más famosos temas de la extensa carrera de Pink Floyd, y posiblemente la mejor canción del álbum junto con Time. En ella se critica muy sarcásticamente el papel que el dinero ha tenido y tiene en nuestra sociedad, todo ello enmarcado en un tema con un ritmo muy pegadizo, la genial melodía de un saxofón y con un David Gilmour que de nuevo nos obsequia con otra de sus más grandes interpretaciones.

A partir de aquí, el álbum decae un poco líricamente hablando, aunque de ninguna forma lo hace en el plano instrumental. La siguiente canción es Us and Them, el tema más largo del álbum (casi 8 minutos de duración), y que vuelve a estar lleno de trabajadas melodías.

Any Color you Like constituye el otro tema instrumental del disco, con una duración similar a On The Run y con un David Gilmour experimentando a tope con la guitarra.

Las últimas canciones del álbum, Brain Damage y Eclipse, puede que no alcancen las cotas de calidad del resto de temas, pero aún así presentan unas letras muy trabajadas y una gran armonía entre los diversos instrumentos musicales, ofreciendo un dignísimo final para este gran disco.

Con más de veinticinco millones de copias vendidas, una calidad realmente excepcional y con una auténtica revolución en la utilización de sintetizadores y efectos de sonido, The Dark Side of the Moon se alza como uno de los mejores y más influyentes albumes de la historia del Rock, una obra maestra que debería encontrarse en prácticamente cualquier colección de música.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Olalá, sin lugar a dudas el mejor grupo de la historia de la música. Con 12 años empecé a oir a este grupo por influencia de mi padre y desde entonces llevan 11 años siendo los más grandes para mí. Yo empecé con The wall que es sublime, y de ahí los míticos Dark side of the moon y mi favorito que es Wish you were here. Resumir en unas líneas todo lo que han significado para mi Pink Floyd es imposible, así que lo mejor que se puede hacer es callar y dejar paso a la musica-arte.

Diomedes dijo...

Como muy bien has comentado, hace falta algo más que palabras para poder expresar todo lo que Pink Floyd significa y ha significado para todos aquellos que amamos la buena música. Una muy buena elección la de "Wish you were here", sin duda alguna uno de sus mejores trabajos. Únicamente por el tema "Shine on you Crazy Diamond", ese disco se merece un puesto de honor entre los más grandes.